La Esquizofrenia es considerada por la Psiquiatría y/o
Modelo Médico, como uno de los Trastornos Mentales más grave y deteriorante que
puede padecer un ser humano. Es considerado nosológicamente, por los dos
Manuales Estadísticos de Psicopatología (DSM VI TR Y EL CIE 10) como un cuadro
patógeno cuyos criterio diagnóstico está compuestos principalmente por tres
grupos de síntomas, a saber: los síntomas positivos (compuestos por
alucinaciones, delirios, lenguaje desorganizado, y movimientos catatónicos),
síntomas negativos (afectivos
como la abulia, la anodinia, Aplanamiento afectivo, Alogia, Lenguaje usarro ), y síntomas cognitivos (limitaciones
o perdidas de facultades de pensamientos, lenguaje, memoria, aprendizaje, et).
En estos dos manuales
se describe un proceso de clasificación y categorización de los diferentes
trastornos mentales, en la que la
esquizofrenia es definida como “una
alteración que persiste durante por lo menos 6 meses e incluye por lo menos 1
mes de síntomas de la fase activa (p. ej., dos [o más] de los siguientes: ideas
delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento gravemente
desorganizado o catatónico y síntomas negativos). También se incluyen en esta
sección las definiciones para los subtipos de esquizofrenia (paranoide,
desorganizada, catatónica, indiferenciada y residual).”(DSM IV TR). “se
caracteriza por distorsiones fundamentales y típicas de la percepción, del
pensamiento y de las emociones, estas últimas en forma de embotamiento o falta
de adecuación de las mismas. En general, se conservan tanto la claridad de la
conciencia como la capacidad intelectual, aunque con el paso del tiempo pueden
presentarse déficits cognoscitivos. El trastorno compromete las funciones
esenciales que dan a la persona normal la vivencia de su individualidad,
singularidad y dominio de sí misma. El enfermo cree que sus pensamientos,
sentimientos y actos más íntimos son conocidos o compartidos por otros y pueden
presentarse ideas delirantes en torno a la existencia de fuerzas naturales o
sobrenaturales capaces de influir, de forma a menudo bizarra, en los actos y
pensamientos del individuo afectado. Este se siente el centro de todo lo que
sucede”. (CIE 10).
También
la nosología permite clasificar a la esquizofrenia por subtipos, de acuerdo al
CIE 10 son los siguientes:
F20.1 Esquizofrenia Hebefrénica
Forma de esquizofrenia en la que los trastornos
afectivos son importantes, las ideas delirantes y las alucinaciones son
transitorias y fragmentarias y es frecuente el comportamiento irresponsable e
imprevisible y los manierismos. La afectividad es superficial e inadecuada y se
acompaña con frecuencia de risas insulsas o sonrisas absortas como de
satisfacción de sí mismo, de un modo despectivo de actuar, de muecas,
manierismos, burlas, quejas hipocondriacas y de frases repetitivas. El
pensamiento aparece desorganizado y el lenguaje es divagatorio e incoherente.
Hay una tendencia a permanecer solitario y el comportamiento carece de
propósito y de resonancia afectiva. Esta forma de esquizofrenia comienza por lo
general entre los 15 y los 25 años de edad y tiene un pronóstico malo por la
rápida aparición de síntomas negativos, en especial de embotamiento afectivo y
de abulia.
F20.2 Esquizofrenia catatónica
Presencia de trastornos psicomotores
graves, que varían desde la hipercinesia al estupor o de la obediencia automática
al negativismo. Durante largos períodos de tiempo pueden mantenerse posturas y
actitudes rígidas y encorsetadas. Otra característica llamativa de este
trastorno es la excitación intensa.
F20.3 Esquizofrenia indiferenciada
Conjunto de trastornos que satisfacen
las pautas generales para el diagnóstico de esquizofrenia (ver la introducción
a F20) pero que no se ajustan a ninguno de los tipos F20.0-F20.2 o presentan
rasgos de más de uno de ellos, sin que haya un claro predominio de uno en
particular. Esta categoría deberá utilizarse únicamente para los cuadros
psicóticos (excluyendo, pues, a la esquizofrenia residual, F20.5, y a la
depresión postesquizofrénica, F20.4) y sólo después de haber intentado
clasificar el cuadro clínico en alguna de las tres categorías precedentes.
F20.4 Depresión postesquizofrénica
Trastorno de tipo depresivo, a veces
prolongado, que surge después de un trastorno esquizofrénico. Durante él pueden
persistir algunos síntomas esquizofrénicos, pero no predominan en el cuadro clínico.
Estos síntomas esquizofrénicos persistentes pueden ser "positivos" o
"negativos", aunque estos últimos son los mas frecuentes. Rara vez
son lo suficientemente graves o duraderos para satisfacer las pautas de un
episodio depresivo grave (F32.2 y F32.3) y a menudo es difícil decidir qué
síntomas del enfermo son debidos a una depresión, cuáles a la medicación
neuroléptica y cuáles son expresión del trastorno de la voluntad y del
empobrecimiento afectivo de la esquizofrenia por sí misma. Estos estados depresivos
se acompañan de un alto riesgo de suicidio.
F20.5 Esquizofrenia residual
Estado crónico del curso de la
enfermedad esquizofrénica, en el que se ha producido una clara evolución
progresiva desde los estados iniciales (que incluyen uno o más episodios con
síntomas psicóticos que han satisfecho las pautas generales de la
esquizofrenia) hacia los estadios finales caracterizados por la presencia de
síntomas "negativos" y de deterioro persistente, aunque no
necesariamente irreversibles.
.
F20.6 Esquizofrenia simple
Trastorno no muy frecuente en el cual se
presenta un desarrollo insidioso aunque progresivo, de un comportamiento
extravagante, de una incapacidad para satisfacer las demandas de la vida social
y de una disminución del rendimiento en general. No hay evidencia de
alucinaciones y ni de ideas delirantes y el trastorno es no tan claramente
psicótico como los tipos hebefrénico, paranoide y catatónico. Los rasgos
"negativos" característicos de la esquizofrenia residual (por
ejemplo, embotamiento afectivo, abulia) aparecen sin haber sido precedidos de
síntomas psicóticos claramente manifiestos. El creciente empobrecimiento social
puede conducir a un vagabundeo, los enfermos se encierran en sí mismos, se
vuelven ociosos y pierden sus objetivos.
F20.9 Esquizofrenia sin
especificación
De otra parte, las
neurociencias y psiquiatría, explican que la etiología de la enfermedad, es decir, sus causas, se deben a factores neuroquímicos
principalmente. No obstante, hay otras hipótesis que consideran que se deben a
factores genéticos, alteraciones
inmunológicas como afectaciones perinatales o infecciones virales o un virus en
el cerebro, o por alteraciones de la estructura y funcionamiento encefálico.
Otros consideran que se debe a alteraciones Diatéticas, consumo de
sustancias, ambientales,
etc. No obstante ninguna de la postura ha logrado establecerse como paradigma
científico aceptado por la comunidad médica, ya que la esquizofrenia sigue
siendo un enigma para la ciencia.
En
esta medida, se piensa que las causas de
la esquizofrenia aún no están muy
clara, ni verificada en su
totalidad. Se cree considerablemente que
su aparición se debe a factores genéticos, ambientales, virales,
sociales y/o a alteraciones bioquímicas, entre otra, pero ninguna de las
hipótesis sustentadas ha podido ser verificadas y contrastadas empíricamente
donde alcance el consenso mundial de la comunidad científica.
Sin embargo una de las hipótesis que más ha
predominado y ganado un lugar fuerte en los procesos de normalización y
legitimación tanto en la discursividad de los saberes de corte cientifisista,
como en los contextos socioculturales ha sido la psiquiatría y su modelo
médico y
los saberes que se adhieren a este. Se considera y reduce a la
esquizofrenia como un epifenómeno, es decir, una enfermedad producto de
alteraciones e irregularidades del quimismo cerebral, de base meramente
biológica. Se considera que la sintomatología de la esquizofrenia se debe a una
alteración principalmente en el funcionamiento de los neurotransmisores y sus
receptores.
La
alteración en el neurotransmisor de la Dopamina
es el principal responsable en la esquizofrenia. La Dopamina, es una catecolamina que está implicada en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de leche,
el sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje.
Se le
encuentra en diferentes receptores cerebrales clasificados como como
los D1, D2, D3, D4 Y D5. Siendo el D1 relacionado con un efecto activador Y D2
con un efecto inhibidor. Se considera que en la esquizofrenia hay una hiperactivación
Dopaminergica en la vía Mesolímbica como
causante de los síntomas positivos, y de los negativos se debería a una
hipofunción Dopaminérgica Mesocortical.
Desde esta modelo se
considera como forma más plausible de tratamiento, la farmacología,
principalmente por los neurolépticos o antipsicóticos (típicos o a típicos),
acompañados en ocasiones por estabilizadores de ánimo, anticonvulsivos, etc.
También se utiliza aún terapia electro convulsiva, y terapias psicosociales y
de rehabilitación. Este tipo de medicamento se subdividen en dos
grupos a saber: los neurolépticos o antipsicóticos típicos. Los primeros eran
efectivos para el control y contención de los síntomas positivos, pero
generaban efectos adversos demasiados fuerte, como eran los efectos
extrapiramidales, mientras que los segundos, tienen efecto en síntomas
positivos, muy leves en negativos y sus efectos adversos son más reducidos
|
De otro lado, para el
psicoanálisis es considerada a la esquizofrenia como una modalidad de la
psicosis, al igual que la paranoia y la melancolía. Su posición subjetiva se caracteriza por su certeza de ser y mecanismo de defensa o por
lo menos el factor estructurante es la Forclusión o denegación del nombre del
padre, significante primordial que impide el ingreso al Otro que es lenguaje
y/o registro de los simbólico, teniendo
una relación directa con un real. Su
delirio principal está centrado en una fragmentario del cuerpo, acompañado por una diversidad de fenómenos
elementales tales como: alucinaciones:
incoherencia de pensamiento, la acción y afecto. Ideas delirantes
(alucionaciones). Lenguaje desorganizado con descarrilamiento frecuente o
incoherente. Comportamiento catatónico. Síntomas negativos: Aplanamiento
afectivo, abulia. Alogia. Lenguaje usarro, etc.
El psicoanálisis considera como
forma de tratamiento la creación de un artificio llamado como suplencia, es
decir, la incorporación de un significante anudador de los registros, que le permita direccionar su delirio.
No obstante, es riesgoso cuando éste falla por
que le devela su delirio, es decir, le muestra su falla volviéndose nuevamente
a su proceso de
resignificación en que se convierte el delirio, volviéndose un detonante y por ende
poner en riego al acompañante como lo es el analista, pues se vuelve
perseguido. De otra lado, desde la psicología analítica se piensa que el
tratamiento que se debe lograr es que el encuentre sentido al enigma en el que
se ve enfrentado posibilitando la creación de símbolos a través que una
experiencia artística que permitiría con más facilidad la construcción de
puntos de anclaje.
Desde este punto de vista una línea de
psicólogos hemos optado, por esta última forma de tratamiento.
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